Solas y solos; el arte de encontrarse
Por Armando Maronese *
Las direcciones de los lugares de encuentro para solas y solos, aparecen en los diarios especialmente en el rubro "Avisos varios" y en algunos, también en la guía de espectáculos bajo el título "Variedades". Es más fácil encontrar estos datos los viernes y, sobre todo, los sábados día en que se desarrollan la mayoría de las actividades de este tipo...
También se encuentran avisos de diferentes sitios para unir soledades, en secciones como espectáculos, sociedad e información general de los distintos periódicos. Las revistas culturales, sociales, de psicología, terapias alternativas, autoayuda, mini turismo, etc., reúnen gran cantidad de información sobre esta temática y avisos publicitarios de empresas que se dedican a organizar encuentros. En todos los casos, siempre hay un teléfono donde comunicarse.
Cuando a muchos les pasa lo mismo que a uno el problema resulta, generalmente, más fácil de resolver y con el tema de la soledad, parece que algo de eso ocurre. Hay tantas mujeres solas –solteras, separadas o viudas- y tantos hombres en iguales condiciones (aunque muchos menos), que en los últimos años fueron surgiendo alternativas no convencionales para unir esas soledades o, aunque más no sea, para intentarlo.
Los "lugares de encuentro" definidos de ese modo, pueden ser variados: pubs, clubes, salones de hoteles, centros comunitarios urbanos o de diversas sociedades. En estos "lugares" se organizan charlas, bailes y juegos que permiten a la gente conocerse, hacer amigos y hasta llegar a formar pareja.
La mayoría de los que van a estas reuniones dicen que lo hacen solamente para buscar amistades. Pocos reconocen la necesidad de una pareja. Estadísticas recientes, demuestran que las mujeres con autonomía económica de entre 30 y 40 años, prefieren mantener relaciones con hombres "cama afuera", sobre todo cuando ya tienen hijos y un ex marido que se ocupa medianamente de ellos.
Para los hombres, el tema es diferente. Los solteros que viven solos o con sus familias de origen y sobre todo los separados, buscan formar nueva pareja por la seguridad de contar con un hogar organizado, con camisas planchadas y la cena a punto; y en realidad, tienen más posibilidades de cumplir con sus objetivos frecuentando estos lugares para gente sola porque, en la mayoría, son las mujeres quienes se acercan a estos sitios de encuentro.
Muchas revistas y diarios publican hoy, lugares donde los solos y solas pueden encontrar a sus pares. También hay otras alternativas que, si bien no son específicas, son recomendables según las que conocen el tema.
Las gentes que se reúnen en pubs y boliches suele tener un nivel social medio. Muchos son profesionales o empleados bien pagos y, en general, atraviesan la edad media de la vida. Todos coinciden en afirmar que se reconocen como de "clase media-media". Gente con poco tiempo parta cultivar amistades fuera del círculo de trabajo, con responsabilidades de hijos y bienes que mantener y con avidez de no sentirse solos cuando llega la hora de ir a un cine o de compartir una reunión familiar.
"Asocio personas con ideas", dice un aviso de una revista cultural y esconde detrás de esa creativa fachada, una buena cita para los solos que saben leer los códigos de esas propuestas. "Convivencia, un espacio para gente con inquietudes", anuncia otro aviso. "Organizo salidas, excursiones de fin de semana para personas de 25 a 50 años". Todos los recursos son válidos para no deprimirse sábados y domingos y además, participar de interesantes actividades con gente nueva.
En materia de edad, no creo que existan limitaciones. Hay grupos de solos y solas para todas las generaciones y muchos para la tercera y cuarta edad con actividades pensadas para los distintos intereses. Y para otros, hombres y mujeres no tan modernos, todavía funciona la vieja alternativa del casamentero, algo actualizada por datos enviados a computadoras y una selección de candidatos que –según aseguran estas organizaciones-, elige las "medias naranjas" sin equivocarse.
Estar solo o sola no se usa y además, no hay porqué elegirlo como condición de vida. En cada barrio, en cada club, en cada ciudad y pueblo, el estado civil de soledad, tiene su lugar de pertenencia. Es cuestión de descubrir la dirección y anotarse cuanto antes.
¿No les parece?
Por Armando Maronese
J, 27/8/2020
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